17 diciembre 2007

Cambios en la estética (mas no en la intención)

En el año 1953, la mítica Marilyn Monroe nos cantaba Diamonds are a girl's best friend (Los diamantes son los mejores amigos de las chicas) en la comedia de Howard Hawks Gentelmen prefer blondes (Los caballeros las prefieren rubias):




Con el consabido bombardeo navideño de anuncios de colonia, en este 2007 que toca a su fin volvemos a escuchar esta canción, ahora en la versión de Beyonce:




La evolución de la estética audiovisual en estos 50 años es más que evidente. Lo que es una lástima es que no hayamos evolucionado en todo lo demás: el papel que desempeñan las mujeres, ni en la idea superficial, machista, materialista... que transmite la letra de la canción. Lo que en una comedia, un mero entretenimiento que se ve una sola vez, puede resultar simpático, cuando es repetido una y otra vez durante más de un mes, a mí me parece hasta molesto.

Sólo doy gracias por el bajo nivel de inglés de nuestros jóvenes, pues a todos los que he preguntado sobre el anuncio no tenían ni idea de lo que significa el texto...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenisimo post...como siempre. La verdad que machismo es poco de lo que se puede deducir de estos anuncios, pero como bien dices, el inglés del alumnado es muy bajo para darse cuenta del "affair" de la letra.

Me gustan hace un tiempo acá los anuncios de vodafone...siempre llevan algo de música clásica, además de muy visuales.

Un abrazo.

Marian dijo...

Como no veo demasiado la tele, no recuerdo ahora ninguno de vodafone, pero prometo fijarme. Hace poco escribió Javier en su Aula de Música sobre la abundancia de anuncios en los que la música sinfónica tiene un gran protagonismo... casualmente relacionados con grandes empresas, compañías de seguros o productos destinados a un público de alto nivel adquisitivo. Lo cual no me agrada en absoluto, porque yo creía que estábamos consiguiendo que la cultura fuera una conquista para todas las capas sociales y la publicidad dice que no lo es... Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues tiene toda la razón Javier, la música clásica solo se usa preferentemente para publicidad de grandes empresas y de nivel adquisitivo alto. Ayer estuve observando los anuncios y es una dura realidad. Habrá que regañar a los publicistas o hacerles ver el trabajo que hacemos en nuestras aulas...

Por cierto...¿cómo fue la ópera el viernes pasado de Martín y Soler?

Un besote.

Marian dijo...

El post de Javier lo puedes leer aquí. Él hacía referencia sobre todo a la violinista que se encerró en una especie de quiosco de cristal en Madrid. Lo de la relación de la música clásica con el lujo y el poderío es de mi cosecha, luego escribiré algo sobre el asunto.
La verdad es que disfruté mucho. La obra es interesante, y sin llegar a ser redonda (no aguantaría la comparación con Mozart, no sé los vieneses en qué estaban pensando) tiene momentos bastante logrados; el elenco era de cantantes muy jóvenes que derrochaban ganas y de un nivel muy bueno, y el montaje era de los que me gustan a mí: moderno pero sin fantasmadas, con un vestuario muy cuidado de colores bellísimos, un lujo para la vista y el oído. Lo único que no me gustó fue una cuestión escenográfica: la escena estaba dividida en dos pisos; esto tenía justificación y además resultaba muy efectivo en el desarrollo de la trama... pero la comunicación entre ambos espacios era una escalera de mano más bien precaria, que se vieron obligados a subir y bajar varios cantantes -mujeres también- que iban ataviados con vestimentas dieciochescas, no muy adecuadas para esos alardes: un sinvivir. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Interesante crítica...yo soy también de los que degustan un montaje atrevido y moderno, pero sin payasadas y demás fanfarruñas. Lástima que no llegue la producción aquí a Sevilla.
Gracias de todas maneras por tu sabia crítica.

Un abrazo.