29 agosto 2007

La notación musical, breve historia


Para os músicos... Fotografía original de Nando Fachin

Del documental Historia de la notación musical, que emitieron hace varios años en el canal Odisea, he extractado algunos fragmentos que pueden subrayar algunas ideas importantes relacionadas con los inicios de la escritura musical y lo importante que resultó poder escribir la música para el desarrollo de la música occidental.



Pasó mucho tiempo antes de que se empezara a escribir la música. Pero... ¿por qué surge esta necesidad? Aunque, por supuesto, no habría un solo motivo que empujara a aguzar el ingenio, uno bueno sería este.



Una vez creada la necesidad, los cerebros empiezan a funcionar. Y son varios los intentos más o menos logrados que comienzan a surgir en distintos lugares de Europa. Pero, de repente, en Italia, aparece un monje con una capacidad de invención casi mágica. Se llamaba Guido y ha pasado a la historia como Guido d'Arezzo por el (supuesto) lugar de su nacimiento. Era maestro de coro y tenía en la mente una idea fija: conseguir que los miembros de su coro pudieran aprender el repertorio gregoriano en mucho menos del habitual, que venían siendo de unos diez años. Y para ello ideó una serie de estratagemas. Una de las más trascendentes es la utilización de líneas horizontales para fijar la altura de los sonidos.



Y no menos importante es la de relacionar la altura de un sonido con una sílaba... ut, re, mi, fa, sol, la...



Y las posibilidades nacientes con este sistema, que se extendió con rapidez, empezaron a fructificar. Los compositores se embarcaron en la gran aventura de superponer, a la existente y conocida melodía gregoriana, una nueva melodía... y así, hasta cuatro voces.



Los adelantos fueron espectaculares, y se pueden observar en este "paseo" por la historia de la música.


27 agosto 2007

Federico García Lorca

Porque en todas partes García Lorca encontraba un piano.

Rafael Alberti.



Anda jaleo. La Argentinita (voz) y Federico García Lorca (piano).



Una tarde de sábado de los primeros días del verano, paseando por una Granada cálida y adormecida, no sé muy bien cómo ni por qué, mis pasos me llevaron hasta la huerta de San Vicente. Entre todos los recuerdos que se guardan allí de una familia, un poeta y un pedazo triste (penosamente triste) de la historia, me conmovieron especialmente dos cosas. La primera, el piano. Automáticamente me vino a la memoria este texto de Rafael Alberti, uno de los más bellos retratos literarios que recuerdo haber leído:

Era García Lorca entonces un muchacho delgado, de frente ancha y larga, sobre la que temblaba a veces, índice de su exaltada pasión y lirismo, un intenso mechón de pelo negro, "empavonado", como el de Antonio Camborio de su romancero. Tenía la piel morena, rebajada por un "verde aceituna", término comparativo éste que se emplea mucho por Andalucía, la tierra española más rica en olivares. Su cara no era alegre, aunque una larga sonrisa, transformable rápidamente en carcajada, pusiera en ella esa expresión de contagioso optimismo, de fuego desbocado, que tan perdurable recuerdo dejara, incluso en aquellos que tan sólo le vieron un instante.

El aspecto total de Federico no era de gitano, sino de ese hombre oscuro, bronco y fino a la vez, que da el campo andaluz. Una descarga como de eléctrica simpatía, un hechizo, una irresistible atmósfera de magia para envolver y aprisionar a sus auditores, se desprendían de él cuando hablaba, recitaba, representaba veloces ocurrencias teatrales, o cantaba, acompañándose al piano. Porque en todas partes García Lorca encontraba un piano.

Uno grande, de cola, estuvo siempre abierto para el poeta en la sala de cursos y conferencias de aquella casa madrileña de los estudiantes. Si existe aún y hoy levantáramos su tapa, veríamos que guarda años enteros de melodías romancescas y canciones de España. La voz, las manos de Federico están aferradas en su caja sonora. Porque Federico era el cante (poesía de su pueblo) y el canto (poesía culta): es decir, Andalucía de lo jondo, popular, y la tradición sabia de nuestros viejos cancioneros. Aunque en casi todos los poetas contemporáneos del sur, con Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez a la cabeza, pueda encontrarse esta misma veta, este recuperado hilillo de agua transparente, es García Lorca quien con más fuerzas y continuidad representa esta línea. Su primer libro -impresiones y paisajes-, libro de prosas poco conocido, aparece dedicado a su maestro de música, a su profesor de piano. Dato revelador. Arranque rítmico y melódico de su poesía. Federico cantaba y se acompañaba, en ese piano que para él se abría en todas partes, con un gusto y una gracia muy suyos, reinventando las melodías y palabras semiolvidadas de esos canto y cantes, sustituyendo las fallas de su memoria con añadidos de su invención. Es decir, era una fuente de poesía popular, que manaba con el mismo chorro, lleno de torceduras, ausencias e interrupciones que el verdadero que alimenta la memoria del pueblo. Aquel piano de cola, en aquel íntimo rincón de la Residencia, junto a aquella ventana por donde la madreselva florecida asomaba su olor, recordará mejor que nadie la capacidad asombrosa de transformación, de recreación, de adueñamiento de lo de nadie y lo de todos, haciéndolo materia propia, que, como un Lope de Vega, poseía Federico.

¡El Pleyel aquel de la Residencia! ¡Tardes y noches de primavera o comienzos de estío pasados alrededor de su teclado, oyéndole subir de su río profundo toda la millonaria riqueza oculta, toda la voz diversa, honda, triste, ágil y alegre de España! ¡Época de entusiasmo, de apasionada reafirmación nacional de nuestra poesía, de recuperación, de entronque con su viejo y puro árbol sonoro!


Rafael Alberti. Imagen primera de... Buenos Aires, Losada, 1945.



La segunda cosa emocinante de la visita no fue un objeto, sino un poema. Sobre el escritorio del poeta había un libro abierto. La guía que nos acompañaba preguntó a mi hijo que si quería leer el poema. La voz infantil se alzó, seria y pausada, sobre el silencio de aquella tarde de verano:

Despedida

Si muero.

dejad el balcón abierto.

El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo.)

El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento.)

¡Si muero,
dejad el balcón abierto!

Federico García Lorca

El propietario de la voz calló y un breve silencio lo envolvió todo. Los mayores contagiamos nuestra seriedad a los niños, que permanecieron inmóviles como pocas veces. Y la magia del momento me hizo sentir la responsabilidad de transmitir el legado impagable de nuestra cultura a esos niños que hoy recitan hermosamente, inconscientemente. Para que no se olvide. Para que no se pierda.

El texto del poema Despedida procede de la página sobre Federico García Lorca http://users.fulladsl.be/spb1667/cultural/fglorca.html#suobra

Cuatro versiones (bien diferentes) del Café de Chinitas, en este pequeño homenaje al músico, al poeta, al hombre.

La Argentinita (voz) y Federico García Lorca (piano)
Carmen Linares
Teresa Berganza y Narciso Yepes
Pedro Iturralde y Paco de Lucía


25 agosto 2007

Entretenimiento veraniego: simpsonizador gratuito

Francisco Muñoz de la Peña nos invita a simpsonizarnos desde su estupendo blog Aula 21, y no me he podido resistir a verme en estilo Marge. Este es mi alter-ego springfileño.

La página es muy entretenida, así que me he dedicado a simpsonizar a mis niños, que paso a presentaros en su nueva versión:

Carlos Simpson


Cecilia Simpson

¡No dejéis de simpsonizaros! Lo podéis hacer aquí: http://simpsonizeme.com/

24 agosto 2007

Desde ping... hasta ¡BONG!

Y para terminar la serie, los instrumentos de percusión explicados de un modo sencillo y divertido.

23 agosto 2007

¿De qué color son los vientos?

Para comprender el funcionamiento de los instrumentos de viento madera, podéis ver este estupendo vídeo didáctico.

22 agosto 2007

Todo se hace con las cuerdas

Un vídeo muy útil para que nuestros alumnos más jóvenes aprendan cómo funcionan los instrumentos de cuerda.

21 agosto 2007

El reloj



Implacable, inexorable, el tiempo va pasando. Y así, con su monótono tic-tac, el reloj y su inseparable amigo, el calendario, me recuerdan que ha pasado un año desde que publiqué la primera entrada en este blog, que como casi todo lo que hago no ha resultado como en un principio imaginé, y ha venido a ser bien diferente de lo que creí crear... Así que mejor no pienso en lo que va a ser de él en el próximo año, porque seguro que me equivoco.

Hoy, para celebrarlo, no os voy a cansar con explicaciones ni enlaces. Os dejo sólo con el tiempo hecho música: es el Andante de la Sinfonía nº 101 en re mayor, el Reloj, de Joseph Haydn interpretado por la Orquesta Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Herbert von Karajan.



P.D. Muchísimas gracias a los que venís por aquí para leer, escuchar y comentar. Lo mejor de este año, sin duda, habéis sido la gente estupenda que he tenido oportunidad de conocer mediante el blog... eso, hace un año, ni lo podía imaginar. ¡Un beso para todos!

20 agosto 2007

Viktualienmarkt, en Múnich



Los colores y los aromas se alían para seducir al tacto y al gusto...
El sonido es un villancico de Juan del Enzina, compositor, poeta y dramaturgo español que vivió entre los siglos XV y XVI.

Aunque la versión, del grupo Pro Musica Antiqva de Madrid, es instrumental, no me resisto a poner el texto.

GASAGÉMONOS DE HUZIA
Juan del Enzina

Gasagémonos de huzia*,
qu'el pesar
viénese sin le buscar.

Gasagemos esta vida,
descruziemos** del trabajo;
quien pudiere haver gasajo
del cordojo*** se despida.
Déle, déle despedida,
qu'el pesar
viénese sin le buscar.

Busquemos los gasajados,
despidamos los enojos;
los que se dan a cordojos
muy presto son debrocados****.
Descuydemos los cuydados,
qu'el pesar
viénese sin le buscar.

De los enojos huyamos
con todos nuestros poderes;
andemos tras los plazeres,
los pesares aburramos.
Tras los plazeres corramos,
qu'el pesar
viénese sin le buscar.

Hagamos siempre por ser
alegres y gasajosos;
cuydados tristes, pensosos,
huyamos de los tener.
Busquemos siempre el plazer,
qu'el pesar
viénese sin le buscar.

* Huzia: libremente, con confianza.
** Descruziemos del trabajo: renunciemos al trabajo.
*** Cordojo: aflicción.
**** Debrocados: derribados, vencidos.

Texto y notas de Mª Josefa Canellada para la edición de la Obra Musical completa de Juan del Enzina del Ministerio de Educación y Ciencia.

19 agosto 2007

Luys de Narváez y las Diferencias

Los seis libros del Delphin, de Luys de Narváez

El renacimiento español fue pródigo en buena música. Desgraciadamente la enorme cantidad de música que se escribió es bastante desconocida para el gran público: polifonía vocal profana y religiosa, piezas para bailar, y la incipiente música instrumental que se estaba liberando tímidamente de sus ataduras vocales, preparándose para dar el salto hacia la gran música instrumental barroca. Así, nos encontramos con un montón de compositores que vivieron más o menos en los mismos años y que producen maravillosas obras para órgano o vihuela, dotando de gran esplendor al arte del no menos esplendoroso (por aquél entonces) imperio español.

Uno de aquellos espléndidos músicos fue Luys de Narváez, que aunque se dedicó más a la polifonía vocal que a la música instrumental, por esas veleidades de la historia, es recordado sobre todo por su colección de piezas para vihuela Los seys libros del Delphin de musica para tañer vihuela. Esta obra está escrita mediante una grafía que se utilizó enormemente en la época para escribir la música de los instrumentos de cuerda pulsada: la tablatura. Es un sistema de notación relativamente sencillo de interpretar ya que consigna de forma gráfica las posiciones de las manos en el instrumento, y contribuyó en gran medida a la popularización de los instrumentos de esta familia en aquellos tiempos.

No se conocen demasiados datos de la vida de Narváez, pero he encontrado esta cita de su contemporáneo Luis Zapata en el imprescindible portal de música antigua Goldberg, que nos da una idea de lo que en la época se pensaba de él:

"Fue en Valladolid, en mi mocedad, un músico de vihuela llamado Narváez, de tan extraña habilidad en la música, que sobre cuatro voces de canto de órgano en un libro echaba de repente en la vihuela otras cuatro, cosa, a los que no entendían la música, milagrosa, y a los que la entendían, milagrosísima".


Una de las piezas de Narváez, Diferencias sobre Guárdame las vacas, es una de las audiciones de la Prueba de Acceso a la Universidad de la asignatura de Historia de la Música en Castilla-La Mancha. A mis alumnos siempre les sorprende y les divierte el título, lo que es una buena ayuda para su aprendizaje. Las Diferencias no son otra cosa que la versión española y renacentista de las Variaciones, es decir, la forma musical que mediante la modificación de una idea musical (no necesariamente compuesta por el propio autor de las variaciones: puede ser tomada de la música popular, o de otro compositor al que se suele citar) muestra la habilidad compositiva y exprime las posibilidades musicales de cualquier tema por pequeño o sencillo que sea... como el villancico tradicional Guárdame las vacas:

- Guárdame las vacas,
Carillejo, y besart'he.
- Bésame tú a mí
y yo te las guardaré.

que fue uno de los temas favoritos de los compositores renacentistas, que lo tomaron una y otra vez en aquellos años como idea de sus Diferencias.

Los instrumentos de cuerda pulsada alcanzaron en esta época un notabilísimo desarrollo, como lo demuestran no sólo la abundancia de las composiciones a ellos destinadas, sino también su abundante presencia en el arte de la época. El laúd en Europa, y la vihuela en España, son los más populares, pero no los únicos. Hace unos cuantos cursos hice esta presentación con imágenes de instrumentos de cuerda renacentistas y barrocos para mostrar a mis alumnos la increíble variedad y la exquisita factura que alcanzó esta familia.



Observo que en Internet Explorer 7 no se ve la presentación; si alguien que utiliza este navegador tiene el mismo problema y quiere verla, puede hacerlo en la página de Slideshare siguiendo este enlace.

Las imágenes son, en su mayoría, de los preciosos instrumentos que aparecen en la web de los luthiers Stephen Barber y Sandi Harris, y otras proceden del catálogo del Museo de instrumentos musicales de Viena.

La música está interpretada por José Fresno a la vihuela.

El texto del villancico es de la web del Grupo SEMA

17 agosto 2007

Solidaridad con Perú

Una lágrima. Fotografía de Florito.

Entre los restos del equipaje, un poco desorientada aún por los cambios y los (muchos) kilómetros recorridos en los últimos días, recibo la noticia del terrible terremoto de Perú. Sé que son muchos los peruanos que visitan este pequeño rincón y quiero mandarles en estos momentos tan duros toda mi solidaridad en forma de abrazo musical... y en especial para Chalo.

Para enviar ayudas, podéis seguir estos enlaces:

Unicef

Cruz roja

Intermón Oxfam

También se ha creado un blog para colaborar y canalizar la información entre Perú y España


La música es Lacrimosa, del Réquiem en re menor KV 626 de Wolfgang Amadeus Mozart, interpretada por el coro John Alldis y la Orquesta Sinfónica de la BBC bajo la dirección de Colin Davis.

Lacrimosa dies illa,
Qua resurget ex favilla.
Judicandus homo reus:

Huic ergo parce, Deus.
Pie Jesu Domine,
Dona eis requiem. Amen.

¡Oh día lleno de lágrimas,
en que el hombre resurgirá de las cenizas
para ser juzgado por Ti.

Perdónales, Dios mío.
Piadoso Señor Jesús,
dales el descanso eterno. Amén.

El texto y la traducción son de Kareol.