25 febrero 2007

María, maría

Castilla, miserable, ayer dominadora.
Envuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora.

Antonio Machado

Estos días andamos los profesores de música un poco pesimistas. La L.O.E. que nos sacó a la calle para protestar por la reducción de horas de nuestra asignatura parece que sigue adelante con el beneplácito de nuestra última esperanza: la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha y su correspondiente 35% de capacidad de decisión. Nos ha llegado el borrador sobre el que se está trabajando, a punto ya de ser definitivo, y se confirman los peores presagios. Va a haber un importante recorte de la presencia de nuestra asignatura en el currículum: si ya era una maría, a partir de ahora, más.

No quiero traer aquí reivindicaciones laborales ni lamentos por la situación precaria en que quedan muchos compañeros. Sólo me gustaría reflexionar un poco sobre mi experiencia en todos estos años de profesora de asignatura maría-donde-las-haya.

Muchas veces he asistido a reuniones donde el variopinto colectivo que forma el profesorado de esta asignatura se calentaba la cabeza para buscar argumentos sobre lo imprescindible y lo importantísima que es la música en la formación integral de las personas. Sin ir más lejos, me llegó por correo electrónico uno -otro más- que podéis ver aquí. No sé si los profesores de otras asignaturas han tenido que realizar alguna vez este tipo de ejercicio... supongo que la mayoría no. A nadie (administración, padres, profesores) le cabe la menor duda de la importancia de la Lengua, las Matemáticas, la Física, la Historia... enjundiosas asignaturas. Es curioso ver la reacción de la gente cuando te preguntan ¿ah, y de qué das clase? y dices "de música". Hace unos días iba con unos amigos, profesores también, de Matemáticas y de Física y Química... hablando con una conocida, ¡cómo se le notó el modo en que nos clasificó en importancia!: a mí casi casi me dio la espalda.

Las cosas algo han cambiado en estos años de obligatoriedad de la música en Educación Primaria y Secundaria. Por lo menos ya no somos tan "raros". En mis principios de profesora hubo compañeros que, al saber que era licenciada universitaria además de titulada de Conservatorio, no dudaron en preguntarme que cuándo me cambiaba de asignatura... admirándose de que no quisiera hacer semejante cosa: pensaban, además, que los profesores de música de secundaria ganamos menos que los de Matemáticas, o los de Educación Física. En las evaluaciones he tenido que aguantar estoicamente todo tipo de chanzas y chistes fáciles: incluso hay quien juzga, viendo alguna pizarra que quedó de la clase anterior, que vaya pérdida de tiempo, en voz alta y delante de los alumnos... la lucha por las optativas ha traido joyas como esa a los institutos.

"Repite porque ha suspendido dos y la música". "¡Ha suspendido hasta la música!". "La música es muy bonita... pero no sirve para nada"... he escuchado en bastantes ocasiones, y no estoy hablando de alumnos. En el preámbulo del documento en el que se recorta drásticamente la música del currículum (de ser obligatoria en 1º, 2º y 3º de E.S.O. pasará a estar sólo en uno de los tres cursos) hay frases como ésta:
La música siempre forma parte de la vida de las personas, pero lo hace especialmente en la adolescencia.
A lo mejor como ya forma parte de las vidas de nuestros alumnos, no es necesario formarlos en ella...

La música es un fenómeno que en los últimos tiempos está presente en todas las facetas de la vida, no podemos escapar de ella. Si tratamos de buscar "utilidad" a las asignaturas, quizá no es la única que escape de la practicidad inmediata... me gusta bromear con mis alumnos cuando se quejan de que si ellos no van a ser músicos, para qué quieren saber todo eso, manipulación a la que supongo someten a otros muchos profesores de otras asignaturas; a veces les digo, como afirmaba Antonio en un artículo precioso de su blog, que para convertirse en personas, que aún no lo son. Ellos me dicen: ah, nos estás llamando animales... y les digo que no, que son aspirantes a personas, prehomínidos, pero que se lo tienen que currar un poco: algunos llegarán, pero desgraciadamente no todos.

Muchas, muchísimas personas inteligentes y formadas me han dicho al saber que soy profesora de música que han echado en falta siempre una buena formación musical. Sienten que es una faceta de su vida que les ha sido escamoteada... y algunos, los más interesados o los más inquietos, han paliado esta mutilación de forma autodidacta. Yo no quiero formar músicos, hubiera opositado a Conservatorios. Sólo aspiro a ayudar a los oyentes del futuro a que conozcan, sepan, aprecien, vivan, disfruten la música. Porque saber nos hace libres, y conocer nos da la posibilidad de alejarnos de la manipulación que tan al acecho está en estos oscuros días. Y eso no es ninguna maría.

7 comentarios:

ANTONIO SEGOVIA dijo...

YA lo sabes, Marian: lo hemos hablado muchas veces. El problema es que los padres,los alumnos, una gran parte de la sociedad creen que pueden "ser personas" (es decir, animales racionales) al mismo tiempo que van soltando lastre... Incluso que se puede conseguir soltando todo el lastre. ¡Qué pena! Si se diesen cuenta de que en el lastre está guardada la esencia de la Humanidad... A veces pienso que los que pensamos así somos los raros, que estamos llamados a la extinción: seguro que caerá algún meteorito que acabe con los animales racionales...¡Qué mas da!Mientras quede futbol y salsa rosa para los supervivientes...
Peromientras tanto, ahí estamos querida Marian: seguimos peleando contra molinos de viento.

Marian dijo...

Amigo Sancho, son muy grandes los molinos, o al menos estos días así me lo parecen... Pero es un alivio hablar con gente como tú, o ver la cantidad de gente que se agolpaba ayer en Madrid para presenciar la ópera en la calle, celebrando el cuarto centenario del Orfeo. Lo malo es cuando la cultura, el arte, la educación están en manos de políticos y de otros seres igualmente insensibles y deplorables.

Javier dijo...

La verdad es que tu artículo está muy cerca de esa sensación que tenemos la gran mayoría de los que trabajamos en la educación musical.
No sabemos muy bien como seguirá todo esto, pero el caso es que creo que vendrán malos tiempos para nosotros en un momento social que necesita mucha educación artística:
http://personal.telefonica.terra.es/web/faem/
Recomiendo la lectura de ese texto
Un saludo y seguimos en contacto

Marian dijo...

Hola, Javier, me alegra verte por aquí aunque sea para compartir el malestar... Supongo que el texto al que te refieres es el de Federico Mayor Zaragoza... es muy interesante, me has dado la idea y lo pondré por aquí o en otro blog que llevo de profes de música sobre la PAU.
Seguí muy de cerca las movilizaciones de 2004 (y anteriores) y ahí creció un poco más mi pesimismo, ya que éramos poquísimos los que nos acercamos a la manifestación de Madrid (de Albacete fuimos 6 ó 7, y fíjate si está cerca)... si nosotros mismos somos incapaces de renunciar a un rato de nuestro tiempo en defensa de nuestra asignatura (que para muchos es más que eso), nadie lo va a hacer por nosotros.
Veo que has disfrutado en el curso de Orff...

capital dijo...

Marian yo celebré el 400 aniversario de la ópera en tu blog. Muchas gracias. Desgraciadamente la gente se da cuenta de lo que tiene cuando lo pierde, es así la naturaleza humana. No tenemos remedio. Ya no vale la belleza, vale el dinero,¡que pena¡

Marian dijo...

Sí, pero no sólo el dinero... a veces me da por pensar que hay toda una confabulación encaminada a crear un tipo de ciudadano ignorante y anestesiado, fácilmente manipulable... que nunca se cuestione nada y que sea feliz cubriendo sus necesidades vitales, un poco lo de salsa rosa+fútbol que decía Antonio Segovia. No sé si es descabellado creer que existe una verdadera estrategia planificada o si estamos llegando ahí de chiripa, pero parece el futuro...

capital dijo...

Por lo bien que lo hacen parece toda una estrategia, claro que no será, pero lo parece.